Por vos

Por vos saqué unos brazos de atleta a prueba de maratones de las mil millas
cuando sobre tu cuerpo muerto me movía como una sanguijuela
escapando del agua y la sal

Por vos, me crecieron músculos en mis piernas
para agitarme como una electrificada muñeca inflable
frente a tus órganos aquietados, adormilados, aplastados

Por vos, mi boca recurrió a artificios de cisterna como nunca antes en mi vida
de petera de alma lo hizo
para poder levantar tu miembro casi siempre alicaído
por su aflicción egoísta de meter sustancias en tu nariz
antes, durante y después de que lleve mi cuerpo siempre ardiente a tu pieza.
Siempre iba , bien gauchita, a tus pies
cumplía a rajatabla tu deseo rutinario
de que sea yo la que mande
, siempre arriba, claro.

Por vos, mis riñones lloraron dolor
por meter hectolitros de wiskie barato y consumí
tabletas enteras de pastillas falgos para no vomitarte el baño,
tu ropa, tu cama en la que siempre dormí incómoda
contra la pared y a tus amigos, siempre más borrachos que yo.

Gracias a vos
mis costumbres sexuales
la conocen en toda la zona sur de Capital Federal
y aledaños
ya que se la informaste a tu lista interminable de contactos en el msn
y cualquier otro método de quemo instantáneo a los que recurrís
para sentirte un ganador total

Por vos,
tres domingos consecutivos me sentí una triste hembra abandonada
cuando bajo la lluvia me echaste de tu vida con crueldad
después de la ejercitación ya citada: boca, piernas y brazos
y la entrega de todos los orificios de mi cuerpo
y hendijas de mi alma, por qué no...

Para que luego
vuelvas a pedir más de mí
como un animalito en celo
golpeando hambriento las puertas de mi vagina
y masajeando mi elástica paciencia
con cara de cordero degollado

Y por vos,
y por mi aficción a las telenovelas venezolanas accedí
como una pobre carmelita descalza
a todos tus acercamientos
con la cabeza gacha
y con tus manos llevando mi cabeza
de los pelos
a tu bragueta
Yo, hacía lo mío.

Pero como por vos abrí las puertas de mi corazón
ahora dije basta
la malabarista bucal está de huelga
la atleta se echa para que le den combate
y la promiscua itinerante está en su apogeo
(volví al sexo callejero ¡me encanta!)

Así que, bonito,
ahora que te dignaste a hacerme la confesión más
patética que oí en mi vida de tu boca, dijiste,
me dijiste a mí:
"Por vos siento un cariño muy grande"

Por vos:
no hago más nada.