miércoles, 3 de octubre de 2007

(sin título) escrito a las 14: 54 en el tren de la Línea Roca

Tengo una luxación en el órgano rojo
cuando NN desaparece de mi vida (afortunadamente sólo lo hace por pocos días,
estimo que lo hace porque él también no tolera esas distancias tensas entre nostros) un latigazo hiriente del tamaño de mi clítoris signa mi existencia e incrusta un dedo incómodo en mi
ser y quedo sin paz.
Empiezo a recibir una preocupación similar a la de una tropa de caballos aplastándome el cuerpo en un campo en la noche y tengo la certeza de que él está enojado conmigo. Estoy tan necesitada de su presencia de mil topadoras similar a la multitud de gente que pasó por su kasa durante casi un lustro que el simple hecho de imaginar su decisión de no hablarme más : me aterra.
Pienso que sus enojos conmigo proviienen de hechos absurdos para cualquier persona llamada "normal". A saber, creo que puede enfurecerse porque no limpio su kasa después de invitar a gente cosmopolita y jugar a la famosa, él ignora que tampoco limpio la mía o que capaz le molesta que le confiese mi amor de las maneras más insólitas existentes. /que me las reservo, es que los secretos también nos unen)
Estoy segura que NN (juro que no conozco su nombre) gusta de mí. Una vez me dijo enojado a los gritos "entre vos y yo no hay nada, nunca hubo nada..." y lloré como una gringa desterrada. Sabe de mi poder sobre él, solo yo, puedo percibir su magnificencia.
Evalúo sus descargas libidinosas interpolares, que hasta el momento no fueron hechas sobre mi vagina y no me caben dudas de que son de una magnitud estrepitosa. La comparo con los 32? o 27? polvos, cataratas de leche blanca que salieron del cuerpo negro y exquisitamente húmedo que mi difunto joven marido derramó sobre mí en el lapso de un solo día.
Reconozco que esto que relato no es un delirio,es pura sinceridad, pero este vínculo proviene de antiguas vidas y esta oposición y este vavivén sentimental de amor sin confesión y de histeria galopante nos hace artífices de una relación psicótica, asexuada y con el vértigo de que se termine cada día.
Tengo una luxación en el órgano rojo que pervive a cualquier hombre que puede habitar mi vida algunos meses, pero solo basta que NN me sorprenda con sus apariciones cuando me pongo a hacer collages y me diga con esa voz dura como los abrazos que a veces no damos: "Posesiva ¿te trata mal la primavera?" para que alivie y pueda sentir que él todavía me quiere.

1 comentario:

Erick Guiomar dijo...

pucha, magnifico, que mas puedo decir, me dejas sin palabras.